Testimonio de una joven de la región que sobrevivió tras ingerir un trozo de vidrio con su comida

Brenda estaba disfrutando de una cena en su hogar cuando sintió un pinchazo en la garganta causado por un trozo de vidrio. Ella describe este incidente como un auténtico milagro.

Era un día de la semana como cualquier otro en la vida de Brenda. Se encontraba cenando en su casa junto a sus padres, Ana y Osvaldo, y su hija Aitiana. El plato de la noche eran fideos con albóndigas, con una abundante salsa que hacía sonreír a Brenda de oreja a oreja. Ella es la protagonista de esta historia, una serie de eventos que consta de 30 episodios con un final extremadamente feliz.

Para adentrarnos más en esta historia, es necesario trasladarnos a Los Conquistadores, un pequeño pueblo en el norte de Entre Ríos con poco más de 1,000 habitantes.

Brenda Dalzotto relató con gran detalle y entusiasmo una serie de acontecimientos que abarcan 30 días, desde las perspectivas de sobrevivir hasta la aceptación de las cicatrices que le dejó un pedazo de vidrio (proveniente de un pico de botella de puré de tomate triturado) mientras lo ingería.

“Siempre he tenido una debilidad por las salsas”, comenzó la joven su testimonio. “Esa noche, cuando tragé el vidrio, estaba cenando con mis padres y mi hija. Mi papá había preparado fideos con albóndigas, y era alrededor de las 21:30. Recuerdo que al tercer bocado, sentí un pinchazo agudo en la garganta. Lo primero que pasó por mi mente fue que podría ser un hueso”, continuó explicando.”

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