La eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones, anunciada por el gobierno de Javier Milei, generó más malestar que alivio en el campo. La medida, que se aplicaba hasta alcanzar un cupo de US$7.000 millones, duró apenas tres días y dejó a la mayoría de los productores sin la posibilidad de vender con beneficios.
Si bien el Gobierno logró su objetivo inmediato —un ingreso récord de divisas por US$1.750 millones en un solo día y la calma en los mercados tras la corrida cambiaria—, los agricultores denunciaron haber sido “usados” y remarcaron la falta de previsibilidad.
Pequeños y medianos productores de Santa Fe y Buenos Aires advirtieron que la maniobra generó distorsiones en los precios de granos e insumos, incrementando los costos en plena crisis. “Lo que se hizo fue un préstamo de los agroexportadores al Gobierno”, señaló un productor santafesino.
Con márgenes cada vez más ajustados y la dificultad de invertir en tecnología, muchos sostienen que la medida fue “contraproducente” y temen un mayor desgaste en la relación entre el oficialismo y las zonas productivas.
📌 Fuente: La Nación




