Grave crisis en la Policía Federal: renuncias masivas, colapso de la obra social y fuerte malestar interno

En lo que va del año, más de 600 efectivos de la Policía Federal Argentina presentaron su baja voluntaria en un contexto de creciente deterioro institucional. Sueldos congelados, una obra social desfinanciada y un suicidio ocurrido en el Hospital Churruca expusieron públicamente la profunda crisis que atraviesa la fuerza bajo la actual gestión.
La situación se volvió aún más visible tras el suicidio del escribiente Alejandro Tejerina, quien fue hallado sin vida en el baño del Hospital Churruca. El hecho conmocionó al personal policial y encendió las alarmas sobre las condiciones laborales dentro de la institución. Según trascendió, Tejerina dejó una carta con críticas hacia las autoridades hospitalarias, en la que denunciaba maltrato y abandono.
Desde enero de 2025, el número de renuncias escaló de manera inédita, alcanzando un promedio que multiplica por diez los registros de años anteriores. Las bajas incluyen agentes, personal administrativo, enfermeros y médicos, quienes denuncian un deterioro profundo del salario real. Actualmente, un efectivo de la Policía de la Ciudad percibe un 50% más que un agente federal, según fuentes internas.
Otro eje crítico es la situación de la obra social, que atraviesa un colapso generalizado. En varias provincias no existe cobertura médica efectiva y miles de farmacias suspendieron su atención a los afiliados. Pese a los importantes descuentos salariales —que en algunos casos superan los $300.000— los servicios son prácticamente nulos. El hospital Churruca, principal centro de atención para el personal, refleja también el estado de abandono: instalaciones deterioradas, servicios cerrados y recursos limitados.
La conducción política de la fuerza también es cuestionada. Crece el malestar entre los efectivos hacia la ministra Patricia Bullrich, a quien sectores internos responsabilizan por el vaciamiento institucional. En foros y espacios internos abundan las críticas a su gestión, mientras algunos referentes del personal manifiestan sentirse más representados por la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Durante la gestión anterior, bajo la conducción de Aníbal Fernández en el Ministerio de Seguridad, se habían destinado fondos extraordinarios que permitieron recomponer parcialmente la obra social y mejorar el funcionamiento del Churruca. Sin embargo, los avances fueron revertidos en los últimos meses por políticas de ajuste, denuncian fuentes policiales.
Mientras tanto, las tareas operativas se sostienen bajo condiciones extenuantes, con jornadas prolongadas y escasa contención institucional. La fuerza atraviesa un momento de tensión creciente, marcado por la pérdida de efectivos, conflictos internos y un liderazgo político en crisis.
FUENTE MISIONES ONLINE