Éxodo universitario por el ajuste: Más de 130 trabajadores renunciaron a la UNER por pérdida salarial

Concordia / Paraná — En el marco del fuerte ajuste presupuestario impulsado por el gobierno nacional, la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) enfrenta una situación alarmante: 131 trabajadores, entre docentes y personal no docente, renunciaron a sus cargos entre enero de 2024 y junio de 2025, según confirmó el rector Andrés Sabella.
Del total, 123 eran docentes y 8 pertenecían al área administrativa o de servicios generales. Solo en lo que va de 2025 se registraron 40 desvinculaciones, mientras que las otras 91 ocurrieron durante el año anterior.
El fenómeno se inscribe en una profunda crisis del sistema universitario público, como viene advirtiendo el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), ante el desfinanciamiento y la pérdida de poder adquisitivo que ya supera el 45% en los salarios universitarios.
Uno de los datos más preocupantes es que casi el 70% de las personas que renunciaron tienen menos de 40 años. “Es un indicador de que los sectores más jóvenes, sin cercanía a la jubilación, son quienes más se alejan de la universidad, en busca de mejores condiciones laborales y económicas”, explicó Sabella.
El rector detalló que la crisis provocó tres reacciones entre los trabajadores: quienes optan por conseguir otros empleos sin dejar la universidad; quienes piden licencias sin goce de sueldo para priorizar otras actividades mejor remuneradas; y aquellos que directamente renuncian a sus puestos en el ámbito académico público.
“Esto pone en riesgo la continuidad de equipos de trabajo, proyectos de investigación y carreras académicas consolidadas. La universidad se construye con trayectorias de largo plazo, y ese entramado hoy se está resquebrajando”, lamentó Sabella.
El fenómeno no es exclusivo de Entre Ríos. En la Universidad Nacional del Litoral (UNL), con sede en Santa Fe, también se encendieron las alarmas: desde enero de este año, 151 docentes presentaron su renuncia y otros 26 solicitaron licencia.
Mientras las universidades advierten sobre un escenario cada vez más crítico, la comunidad académica insiste en que sin financiamiento real, la educación superior pública corre un riesgo estructural.
FUENTE AHORA