
En los primeros cinco meses de gestión de Javier Milei, más de 21.000 trabajadores estatales fueron despedidos, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). En noviembre, la cantidad de empleados públicos alcanzaba los 343.353, cifra que se redujo a 322.250 para abril, representando una disminución del 6,2%.
La mayor parte de las pérdidas provino de la administración pública, con 17.174 despidos: 9.066 en la administración centralizada, 6.746 en la descentralizada y 914 en la desconcentrada. Adicionalmente, 3.909 puestos se perdieron en empresas o sociedades del Estado.
Estos números reflejan el ajuste en la planta permanente nacional que promueve el gobierno libertario, aunque no consideran el empleo público en municipios y gobernaciones.
Paralelamente, el empleo privado sufrió una caída más severa. Entre diciembre y febrero se destruyeron 62.920 puestos de trabajo, según el Instituto de Estudios y Formación – CTA. En marzo, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) estimó la pérdida de otros 34.166 empleos, elevando el total a 97.086 puestos destruidos. Luis Campos, coordinador del observatorio de derecho social de la CTA-Autónoma, destacó que la construcción, influenciada en parte por la suspensión de obras públicas, contribuyó significativamente a esta caída en el sector privado.
El Gobierno, a través del vocero presidencial Manuel Adorni, anunció una nueva revisión de contratos estatales a partir del 30 de junio. “Revisar el funcionamiento de ciertas áreas es correcto. Esta limpieza de la plana estatal es sana y necesaria para evaluar la eficiencia del Estado”, afirmó el portavoz.




