Desafíos en la Capacitación Policial: Perspectivas sobre el Protocolo de Intervención Minnesota

La Policía de la Provincia (PER) se encuentra inmersa en un proceso de capacitación destinado a sus cuadros superiores bajo la nueva dirección del Licenciado Crio Gral González. Este enfoque de formación se centra en el manejo de situaciones críticas y violentas, aplicando el Protocolo de Intervención Minnesota del año 2006, aprobado para países americanos, pero no universalmente adoptado, incluso dentro de varios estados de los EE. UU.
Este protocolo establece pautas para el comportamiento adecuado que los agentes del orden deben seguir al abordar procedimientos coercitivos frente a individuos violentos. Sin embargo, su aplicación irregular crea un dilema: ¿cómo puede un oficial garantizar su seguridad y eficacia sin exponerse a represalias judiciales promovidas por abogados perspicaces que cuestionan cada acción en la sala del tribunal?
Esta situación plantea un desafío significativo en la labor policial, ya que, en ocasiones, parece que la protección de los derechos humanos se inclina desproporcionadamente hacia los delincuentes, en detrimento de las víctimas y la seguridad pública. Esto no solo impacta en la capacitación de los oficiales, sino que también socava el respeto y la confianza de la comunidad en la fuerza policial.
Como se señalaba en palabras de un soldado argentino, “el delincuente no puede exigir legalidad en el proceder policial, pues al cometer un delito ya ha violado los derechos de propiedad y libertad de su víctima”. La legalidad, por ende, debe ser un principio que promueva la equidad y el bienestar de la sociedad en su conjunto, en lugar de favorecer exclusivamente a aquellos que optan por infringir la ley.

En resumen, el desafío reside en encontrar un equilibrio entre la protección de los derechos individuales y la preservación del orden público, promoviendo así una cultura de responsabilidad, respeto y seguridad para todos los ciudadanos.