Un informe interno revela la delicada situación que atraviesa la Policía de Entre Ríos, marcada por la fuerte pérdida del poder adquisitivo, el deterioro de las condiciones laborales y un alarmante aumento de suicidios en la fuerza.
El estudio, al que accedió Página Judicial, advierte que el sueldo policial debería rondar los $2.800.563 para equiparar inflación y costo de vida a agosto de 2025, pero actualmente es de $1.091.142, lo que implica una pérdida del 61%. Esta brecha se arrastra desde 2015 y afecta a un plantel de unos 10 mil efectivos, de los cuales el 90% son suboficiales.
La mayoría de los agentes cumplen turnos de 24 horas por 48 de descanso, sumando unas 240 horas mensuales. Muchos dependen de servicios adicionales para reforzar ingresos, aunque esto reduce aún más sus horas de descanso y genera desgaste físico y psicológico. En lo que va del año, se registraron ocho suicidios —seis en los últimos dos meses— y múltiples intentos, lo que motivó la implementación de líneas de asistencia y equipos interdisciplinarios, aunque sin el seguimiento clínico necesario, según denuncian en la propia fuerza.
Otro punto crítico son las licencias médicas: al recibir reposo, se les retira el arma y pierden el adicional por “riesgo y peligrosidad”, lo que recorta sus ingresos en más de $130.000 y les impide realizar adicionales.
A este cuadro se suma la sospecha de maniobras irregulares en torno a pagos de adicionales y retornos, lo que ya motivó denuncias en Asuntos Internos. El Órgano de Revisión de Salud Mental del Ministerio Público de la Defensa pidió a las autoridades provinciales activar la Comisión Provincial Interministerial de Salud Mental para abordar esta problemática que golpea de lleno a la fuerza.
La Policía, pilar de la seguridad ciudadana y pieza clave en las investigaciones judiciales, atraviesa así una de las crisis más profundas de su historia reciente.
De la Redacción de Página Judicial