Concordia: Un Grito Ahogado en la Desidia

Durante años, la ciudad de Concordia ha librado una batalla silenciosa contra las aguas turbulentas que amenazan con arrasar hogares y vidas. En la década de los ‘90, se vislumbraba una esperanza con el proyecto de la “Defensa Sur”, destinado a proteger a miles de concordienses de las devastadoras inundaciones.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos iniciales, el progreso ha sido lento y la aparente solución sigue siendo una promesa incumplida. La reciente resistencia de la Defensa Sur frente a una crecida, que puso en riesgo a casi 14.000 personas, demuestra que el peligro persiste.

El año 2014 marcó el inicio de las mediciones para la tan necesitada Defensa Central, que se extendería hacia el norte de la ciudad. Pero, una década después, el panorama apenas ha cambiado. Las inundaciones provocadas por fenómenos como “El Niño” en 2016 llevaron a declarar la emergencia hídrica, prometiendo créditos internacionales para la construcción de nuevas defensas.

En 2019, se trazó la ruta para la Defensa Central, pero los intereses políticos eclipsaron la urgencia de proteger a la comunidad. La negligencia del ex intendente Enrique Cresto, más preocupado por su carrera política que por el bienestar de sus ciudadanos, dejó a la ciudad vulnerable ante la furia del río.

Hoy, el actual gobernador, Rogelio Frigerio, se enfrenta nuevamente al desafío de proteger a Concordia. Trabajando en colaboración con el intendente Francisco Azcue, busca brindar apoyo a aquellos que enfrentan las consecuencias catastróficas de las inundaciones. Sin embargo, la ausencia del padre Andrés Servín, una figura clave en la defensa de la comunidad, se siente profundamente.

Es hora de dejar atrás la desidia y abrazar un compromiso real con la construcción de una Concordia más segura. Es hora de poner fin al asistencialismo y garantizar que la justicia llegue a cada hogar afectado por las inundaciones. La verdadera defensa de Concordia depende de la acción colectiva y la determinación de no permitir que la desidia ahogue las esperanzas de sus habitantes.

Fuente Analisis Litoral

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