Aumento drástico en los costos bancarios: Tarjetas de crédito encarecidas hasta un 100% a partir de abril.

La economía enfrenta nuevos desafíos a medida que los bancos anuncian un inminente aumento en los costos asociados con las tarjetas de crédito. Ante el telón de fondo de una inflación creciente, las instituciones financieras han comenzado a informar a sus clientes sobre aumentos significativos en comisiones y tasas por atrasos en los pagos.
Estos ajustes, que entrarán en vigencia a partir de abril, representan un golpe considerable para los consumidores, con incrementos que podrían alcanzar hasta el 100% en algunos servicios. Ejemplificando esta tendencia, el Banco Santander ha anunciado que el costo de mantenimiento de la cuenta corriente se duplicará, pasando de $2.780 a $5.420, mientras que el paquete Black experimentará un aumento similar, ascendiendo de $33.395 a $65.120 mensuales.
Otras entidades financieras, como el Banco Galicia y el HSBC, seguirán este camino de incrementos en los meses venideros. Mientras tanto, el BBVA, que recientemente ajustó sus tarifas el mes pasado, parece haber pausado temporalmente nuevos ajustes.
Este aumento en los costos no se limita solo a las entidades tradicionales, ya que los bancos digitales también están ajustando sus tarifas. Brubank, por ejemplo, ha anunciado un aumento en el costo de mantenimiento de la tarjeta de crédito Visa internacional, que se elevará a $4.800 mensuales, junto con ajustes en las tarifas de extracción de efectivo en cajeros automáticos. Ualá, por su parte, establecerá nuevos límites y tarifas para las cargas en efectivo, con incrementos que van desde $5.000 hasta $50.000 a partir de abril.
Estos cambios en los costos bancarios llegan en un momento en que el uso de tarjetas de crédito en transacciones en pesos ha mostrado señales de desaceleración. Según un informe de First Capital Group, las compras con tarjetas de crédito en el sector privado registraron un aumento nominal del 11,1% en enero en comparación con diciembre, una cifra que queda considerablemente por debajo del índice de inflación del 20,6% registrado en el mismo período.
En este contexto, los consumidores se enfrentan a un panorama económico cada vez más desafiante, donde el acceso a servicios financieros básicos se vuelve más costoso, exacerbando las presiones inflacionarias y afectando el poder adquisitivo de la población.