Auditoría sorpresa en Inspección General: detectan irregularidades en la recaudación de espectáculos públicos

Este miércoles por la mañana, el Área de Inspección General de la Municipalidad de Concordia fue intervenida por una auditoría interna no anunciada. La revisión fue encabezada por personal de Contaduría y del Área Legal y Técnica del municipio, quienes ingresaron a las oficinas para examinar documentación vinculada a la organización y fiscalización de espectáculos públicos.

El operativo, que se extendió desde las 9 hasta pasado el mediodía, habría sido solicitado por el director de Rentas municipal, Fernando Marsicano, tras detectar inconsistencias entre los montos declarados por Inspección General y los efectivamente ingresados a las arcas municipales.

Según reveló el diario Junio, el procedimiento se centró en la revisión de boletas y liquidaciones correspondientes a eventos masivos recientes, como los recitales de Don Osvaldo en el Club Estudiantes, Andrés Calamaro en el Estadio Municipal y Los Auténticos Decadentes en Costa Chaval. En todos los casos, se habrían identificado faltantes de dinero o demoras en los pagos correspondientes.

La auditoría también apuntó a deficiencias en los circuitos administrativos. Según establece el reglamento interno, luego de cada evento, Inspección General debe notificar a Rentas en un plazo no mayor a 48 horas hábiles. Sin embargo, en reiteradas ocasiones este paso no se habría cumplido, impidiendo el inicio de procesos de cobro formales y dejando sin control efectivo parte de la recaudación.

“Cuando el evento es grande, se llega a algún acuerdo y pagan algo. Pero en los más chicos, directamente lo manejan como quieren”, señaló bajo reserva un empleado del área.

Uno de los puntos que más preocupó al equipo auditor fue la reciente modificación del “libro de servicios”, el único registro físico donde constan los operativos realizados por los inspectores. Según varias fuentes, este libro fue reemplazado sin previo aviso, restringiendo su acceso y dificultando la trazabilidad de los controles realizados. “Sin ese registro, no se puede reconstruir qué inspectores fiscalizaron qué eventos ni cuánto se recaudó”, explicó un trabajador.

Además de la eventual pérdida de fondos, lo que más alarma es la falta de transparencia del sistema. “El problema no es solo la plata que no se recauda, sino que nadie sabe qué entra y qué no”, concluyó una fuente consultada.

Fuente: Diario Junio

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