Ataque A Sangre Fría: Joven Recibe Cuatro Disparos en Concordia

En una escalofriante noche en Concordia, un joven de 22 años, identificado como B.E., fue víctima de un violento ataque que casi le cuesta la vida. Mientras circulaba en su motocicleta por la calle Paula Albarracín, en dirección norte-sur, su rutina se vio interrumpida de manera abrupta por la intervención de dos individuos desconocidos. Lo que comenzó como una potencial amenaza de robo se transformó en un episodio de violencia extrema.

La narrativa del joven está marcada por la sensación de peligro inminente. Ante la presencia amenazante de los atacantes, B.E. optó por una reacción instintiva: acelerar. Sin embargo, el destino tenía preparada una trampa cruel. En su intento de escapar, colisionó con uno de los agresores, resultando arrojado al suelo con un impacto contundente. Pero el dolor físico solo era el inicio de su calvario.

Recuperándose del choque, B.E. se vio repentinamente envuelto en una pesadilla de la que no podía escapar. Un ardor intenso en su espalda fue el preludio de un descubrimiento aterrador: había sido blanco de una ráfaga de disparos. Cuatro balas perforaron su cuerpo, dejando huellas indelebles de la violencia desatada en su contra.

Tras el incidente, el joven logró llegar a su hogar, donde recibió asistencia médica y fue trasladado de urgencia al Hospital Delicia Concepción Masvernat. Los informes médicos revelaron la gravedad de sus heridas: una bala alojada en su cráneo, en la región frontal derecha, y otras tres incrustadas en su mano derecha, codo derecho y región del glúteo derecho.

A pesar de la gravedad de las lesiones, los exámenes neurológicos ofrecieron un rayo de esperanza. B.E. mostró signos de estabilidad, aliviando el temor inicial de que sus heridas fueran potencialmente mortales.

Mientras tanto, las autoridades policiales están en plena investigación del caso. La Comisaría Séptima lleva a cabo pericias exhaustivas en la moto y la ropa del joven, buscando pistas que conduzcan a los responsables de este acto de violencia sin sentido. Las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona se han convertido en un recurso crucial en la búsqueda de justicia para B.E. y su familia.

En medio de la incertidumbre y el dolor, la historia de B.E. se erige como un testimonio de la crueldad humana, pero también de la resiliencia ante la adversidad. En su lucha por recuperarse, él y aquellos que lo rodean claman por el esclarecimiento del ataque y el castigo para aquellos que intentaron arrebatarle su futuro.

FUENTE EL ENTRE RIOS

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