
Chile y Bolivia han rechazado de manera contundente las afirmaciones de Patricia Bullrich sobre la supuesta presencia de terroristas iraníes en la región, acusando a Argentina de buscar generar confrontaciones innecesarias entre países hermanos.
El presidente Gabriel Boric de Chile exigió respeto y anticipó una queja formal por las declaraciones de la ministra de Seguridad argentina, destacando la falta de pruebas en sus afirmaciones sobre la presencia de Hezbollah en el norte de Chile. Boric enfatizó la importancia de que las autoridades sean responsables en sus declaraciones y afirmaciones, y anunció que se enviará una nota de protesta a través de Cancillería.
En un tono similar, el gobierno boliviano rechazó categóricamente las aseveraciones de Bullrich y anunció que citará a la representación de la Embajada argentina en La Paz para que dé explicaciones por sus dichos sobre la presencia de combatientes iraníes en territorio boliviano. La cancillería boliviana subrayó que estas acusaciones carecen de evidencia o documentación y se realizan sin fundamento alguno.
Ambos gobiernos recalcaron su compromiso con la paz y la seguridad en la región, rechazando cualquier intento de generar confrontaciones entre estados y pueblos latinoamericanos. En este sentido, Bolivia destacó que las relaciones políticas con Argentina son más sólidas que las expresiones desafortunadas de funcionarios circunstanciales del gobierno argentino.
Estas tensiones se suman a un contexto regional marcado por llamados a la desescalada de las tensiones en Medio Oriente, donde Argentina se ha destacado por su posicionamiento explícito a favor de Israel, en contraste con la postura histórica de Estados Unidos. Sin embargo, Bullrich ha señalado que los llamamientos a la paz no reflejan la posición argentina, evidenciando discrepancias internas en la política exterior del país.