La tranquilidad de los vecinos de Barrio Parque, en las inmediaciones de las calles Paula Albarracín y 11 de Noviembre, se ha visto nuevamente vulnerada por una serie de robos que siguen un patrón preocupante. En el más reciente de los hechos, dos delincuentes ingresaron a una vivienda tras saltar el muro perimetral, logrando sustraer diversos elementos del jardín.
El incidente, que se suma a otras denuncias de inseguridad en la zona, ha puesto en alerta a la comunidad. Según testimonios, los ladrones operan con total impunidad, amparados en las calles cortadas por reparaciones. Esta situación, señalan los residentes, ha convertido al barrio en “tierra de nadie”, ya que el patrullaje policial —que ya era escaso en condiciones normales— ahora es inexistente en las áreas afectadas por las obras.
Los vecinos expresan una creciente preocupación no solo por la pérdida de sus bienes, sino también por la posibilidad de que los delincuentes estén armados, lo que podría derivar en episodios de mayor violencia. “Sentimos que estamos a la buena de Dios. De noche, estas calles son una boca de lobo y el lugar perfecto para que se escondan”, manifestó uno de los afectados, quien prefirió mantener su identidad en reserva por temor a represalias.
Ante esta escalada de inseguridad, los residentes de Barrio Parque exigen de manera urgente una mayor presencia policial y la implementación de controles específicos en las calles que se encuentran cerradas al tránsito vehicular. Solicitan que se dispongan patrulleros en las inmediaciones de las obras o que se realicen rondas a pie para disuadir a los malvivientes que se aprovechan de la situación para cometer ilícitos.
La comunidad espera una respuesta inmediata por parte de las autoridades para poder recuperar la paz y la seguridad en uno de los barrios tradicionalmente más tranquilos de la ciudad, que hoy se ve asediado por la delincuencia.