Milei frente a la derrota: tensiones internas, denuncias de corrupción y un escenario económico adverso

La derrota electoral en la provincia de Buenos Aires abrió un escenario complejo para el gobierno de Javier Milei, marcado por internas en la cúpula libertaria, denuncias de corrupción que alcanzan a funcionarios cercanos y un enfriamiento de la economía que complica las expectativas rumbo a octubre.
La estrategia de confrontar con el kirchnerismo no alcanzó para consolidar una victoria y expuso diferencias entre Karina Milei y el asesor Santiago Caputo. En este contexto, cobraron fuerza las acusaciones sobre supuestos sobornos vinculados a la compra de medicamentos para personas con discapacidad, que salpican a Karina Milei y a Eduardo “Lule” Menem. Durante la última reunión de gabinete, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, se desmarcó y reclamó medidas firmes contra la corrupción.
La derrota bonaerense también reavivó especulaciones sobre cambios en el gabinete, en medio de un clima de descontento social. Focus groups recientes reflejan que la ciudadanía percibe a un Presidente “siempre enojado”, pero desconectado de las preocupaciones reales de la gente.
En paralelo, la actividad económica muestra signos de enfriamiento: salarios rezagados frente a la inflación, tasas de interés en niveles récord y un retroceso en los indicadores de producción. A ello se suma la tensión cambiaria, con ventas oficiales por más de u$s500 millones para contener la demanda de divisas.
Mientras tanto, el triunfo contundente de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires lo posiciona como el principal referente opositor de cara a 2027, logrando incluso unificar al peronismo tras su liderazgo.
Con este panorama, Milei enfrenta el desafío de reconfigurar su gestión en medio de presiones internas, crisis económica y una oposición fortalecida.