Caos y conmoción en la Escuela 108 de Laferrere tras brutal ataque entre estudiantes

En la tranquila comunidad escolar de la Escuela 108 de Laferrere, un acto de violencia dejó a todos atónitos y sacudió la seguridad de padres, profesores y alumnos por igual. Un estudiante de 16 años, motivado por un supuesto conflicto amoroso, empuñó una navaja contra un compañero de apenas 13 años, dejando al joven gravemente herido en el cuello y el abdomen.

Los gritos de indignación y dolor resonaron en la puerta del establecimiento cuando un grupo de padres, liderado por el shock y la rabia, protestaba por la escalofriante violencia que había tenido lugar dentro de las aulas. El agresor, capturado rápidamente por las autoridades, fue abucheado y llamado “asesino” por aquellos que presenciaron la escena, mientras era escoltado hacia el patrullero.

El motivo detrás de este acto brutal aún se debate, pero todo apunta a un conflicto alimentado por los celos y las tensiones adolescentes. La supuesta interferencia del agredido con la novia del atacante parece haber sido la chispa que encendió esta tragedia, aunque los detalles exactos aún no están claros.

Los profesores, actuando con prontitud y valentía, fueron los primeros en brindar asistencia al joven herido, utilizando pupitres como improvisadas camillas mientras aguardaban la llegada de la ambulancia. Gracias a su rápida intervención, el estudiante pudo ser trasladado al Hospital Simplemente Evita de González Catán, donde se informó que se encuentra estable y fuera de peligro, aunque aún se enfrenta a una larga recuperación física y emocional.

En medio de la conmoción, una madre angustiada, visiblemente afectada por el shock del evento, se presentó en la escuela exigiendo respuestas y responsabilidades. Se rumorea que previamente había advertido al director sobre la situación, pero sus preocupaciones habían sido ignoradas, lo que ahora resultaba en esta tragedia desgarradora.

El agresor, bajo la mirada vigilante de los padres y la presión de la comunidad, fue detenido y puesto a disposición de la Justicia de menores de La Matanza. Sin embargo, queda la inquietud y el dolor en una comunidad escolar que debe ahora confrontar la realidad de la violencia entre sus propios alumnos, un recordatorio sombrío de los desafíos que enfrenta la educación y la sociedad en general.

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